Yo te
entregué mi sangre, mis sonidos,
mis manos, mi cabeza,
y lo que es más, mi soledad, la gran señora,
como un día
de mayo dulcísimo de otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo
deshagas y dures en la noche, en la
tormenta, en
la desgracia,
y más aún,
te di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las
sombras,
y aún
no puedo abarcarte, sigues creciendo como
un fuego, y
me destruyes, me construyes, eres oscura como
la luz
JUAN GELMAN
No hay comentarios:
Publicar un comentario