Seguidores

lunes, 10 de diciembre de 2018

Javier Egea "Sobre el papel"

El ocaso de los mascarones


                    Scripto iaze esto, sepades, non vos miento.
                                                         Gonzalo de Berceo

Quizá te extrañe
—aunque sea coherente para mí —
esta forma de hacerte llegar mis pensamientos,
estas palabras torpes escritas al tirón,
en vez de aquella charla que debimos tener
de tú a tú, entre gentes que debieran quererse.
Pero cuando tú estás, cuando estás frente a mí,
no consigo saber articular
esas piezas extrañas y sin embargo nuestras,
ese puzle de vasta soledad donde vivimos.
Después de varios años
durante los que fuiste el mapa señalado,
el pequeño horizonte, el cuerpo en llamaradas,
la diminuta y bella revolución
o acaso el sueño que me hizo avanzar,
es cansado y difícil
soportar la consciencia de que nunca se llega.
Es posible que pienses
que quizá con el tiempo te pude idealizar
—nadie está libre de él: el inconsciente ese
de clase tanto tiempo dominadora y sola —,
pero debes saber que ahora no es así,
ahora ya sé quien eres:
una enorme mujer
con los mismos problemas que yo, que él, que todos,
lo que entiendo y respeto.
Ahora ya no me lleva hacia ti
ningún aire de posesión o cosa semejante
sino un hermoso amor,
un infinito y desdichado amor.
Ahora quiero que sepas —aunque sea por escrito —
que ya sólo pretendo desde cualquier distancia
que te sientas más libre de cárcel o de abrazo
y me cuentes a veces —si es posible —
algo de ti.
Sé que la soledad no se agota en tus labios ni en los míos
y que la vida es dura
trágicamente seria.
Sé que no llegaremos donde tú y yo soñamos,
que la muerte nos une y sin embargo
ahí está el camino:
hermoso y miserable como un torso desnudo,
como un largo relato de amor y explotación.
Hay que avanzar, hay que avanzar.
Pero es necesario
sentir un cuerpo aquí junto al costado.
Ya sé por qué razón
yo quise siempre, siempre trabajar junto a ti.
Con mi mejor amor, Javier Egea.
Javier Egea


No hay comentarios:

Publicar un comentario