El fútbol como un espejo de pasiones humanas que marca un
contrapunto entre la exaltación y el estupor, la esperanza y la pena, el juego
y la nostalgia, la libertad y el horror, es el eje del libro de poemas de
Carlos Ferreira, "A mi juego."
Aquello fue mundial.
Hicimos pelota
nuestros miedos,
le pusimos un caño a
los horrores,
apartamos de taquito
la miseria,
gritamos el horror
como si fuera un gol,
eludimos la angustia,
gambeteamos el nudo
que nos poblaba el
vientre.
Desde el fondo de los
ríos,
desde alguna fosa en
común
que ya no importa,
los destrozados
muertos
vinieron a llorar
la inexplicable
fiesta.
Cuando bailamos en
aquellos días,
qué dulce fue el
mareo del engaño,
cuantas ganas de
ignorarlo todo,
de creer que había
vuelto
el perfume de las
buenas cosas.
Lo malo fue el final,
indigno y torpe:
aquellos cadáveres
volviendo
al lecho de los ríos,
a las comunes fosas
meneando las cabezas,
canturreando una canción
de olvido.
Y nosotros allí, con
esos bombos,
con esas insensatas
banderas sudorosas,
con el mundo al
revés,
hecho pelota.
Carlos Ferreira.
Además de poeta, Ferreira (Buenos Aires, 1946), se ha
destacado como periodista en el ámbito deportivo -se desempeñó en Crónica
y El Gráfico- impulsando diversos espacios informativos: fundó las
revistas "Quinto Poder" y "El Equipo", la escuela de
periodismo TEA y dirigió números especiales de la publicación "La
Maga". (datos de Internet)
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