Verte desnuda es recordar la tierra.
La tierra lisa, limpia de caballos.
La tierra sin un junco, forma pura
Cerrada al porvenir: confín de plata.
Verte desnuda es comprender el ansia
De la lluvia que busca el débil talle,
O la fiebre del mar de inmenso rostro
Sin encontrar la luz de su mejilla.
La sangre sonará por las alcobas
Y vendrá con espadas fulgurantes,
Pero tú no sabrás dónde se ocultan
El corazón de sapo o la violeta.
Tu vientre es una lucha de raíces,
Tus labios son un alba sin contorno.
Bajo las rosas tibias de la cama
Los muertos gimen esperando turno.
Federico García Lorca (1898-1936)
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