Tomas Barbey |
“El mal minuto”
Cuando para mí eran los trigos viviendas de astros y de dioses
y la escarcha los lloros helados de una gacela,
alguien me enyesó el pecho y la sombra,
traicionándome.
Ese minuto fue el de las balas perdidas,
el del secuestro, por la mar, de los hombres que quisieron ser pájaros,
el del telegrama a deshora y el hallazgo de sangre,
el de la muerte del agua que siempre miró al cielo.
Rafael
Alberti
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