Konstantin Korovin (1861-1939) |
Antes de que llegue
la noche sobre el mar
y avente el viento de
la tramontana
mis húmedas cenizas
hacia la nada.
Antes que los
gastados gestos se disuelvan,
igual que una sonrisa
que se transforma en mueca
o los cansados espasmos
de un amor extinguido.
Antes, todavía, como
este sol sobre las islas,
terco punto de luz,
color intenso,
que mis palabras
dibujen mi fantasma,
salvado y perdido, en
la pura intensidad de la vida.
Juan Luis Panero
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