L´ÎLE ENCHANTÉE
El vidrio articulado,
la mujer,
la paradoja del color
del agua,
la oscuridad granate
que repliega
el labio rojo, el
tornasol del pubis,
el labio rojo de tu
cestería,
el horizonte de tus
muslos blancos,
cerrado en sí o
abierto en sí el compás,
la brújula del aire
ensortijado
la sortija del aire
de tu boca,
el aire pronunciado
en tu zarzal,
la zarza en llamas de
tu pubis rubio,
el antifaz oscuro en
quemazón
esta palabra que tu
sexo dice
sólo con existir en
mi mirada,
esta palabra que tu
sexo dice
sólo con existir en
mi mirada,
esta palabra que en
tu vientre late
como lo veteado está
el imán,
como a oscuras del
aire sin sonido,
como esta daga de tu
cuerpo rasga
los cortinajes del
atardecer,
este parral de vides
ataviadas
de tu denudo en agua
y en columna,
el ramo que no es
ramo en el jarrón
sino idea de ramo en
carnadura,
la vida abstracta de
tu carnación,
el color de tu piel
hecho concepto;
oscuro el foso
fundirá mi mano,
sumida en ti como
sondea el piélago
el ancoraje de los
arrecifes,
y en luz ciega de
valvas y sargazos
un arlequín se lanza
al carnaval,
al domino de fuego de
la noche,
la concisión del aire
enmascarado,
la concesión del
vértigo embozado,
el bombear de tus
alegorías,
los estragos del
viento que entroniza
esta proclamación de
tu desnudo:
el disparo y tahona
del fulgor
Pere Gimferrer
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