“Y nada temí más que mis cuidados”
GÓNGORA
No es el
mío, este tiempo.
Y aunque tan
mío sea ese latir de pájaros
afuera en el jardín,
su profusión en hojas pequeñas, removiéndome
igual que intimaciones,
no dice ya lo mismo.
Me despierto
como quien oye una respiración
obscena. Es que amanece.
Amanece otro
día en que no estaré invitado
ni a un instante feliz. Ni a un arrepentimiento
que, por no ser antiguo,
-ah, Seigneur, donnez-moi la force et le courage!-
invite de verdad a arrepentirme
con algún resto de sinceridad.
Y a nada temo más que mis cuidados.
De la vida
me acuerdo, pero dónde está.
GIL de BIEDMA (1929-1990)
GIL DE
BIEDMA (1929-1990)