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domingo, 24 de febrero de 2013

Gerardo Guinea Diez "IV"




 “IV”

Puede que él no sepa de mujeres fenicias
ni de galeones españoles
ni de sefarditas con su ladino de siempre
en África o Nueva York.

Pero ella, más torrencial parpadea
y habla según sus cálculos
de mares de mediodía
con sus fragatas inglesas
con algo del Caribe filtrado
ventarrones por añadidura,
y por análogas razones
de atmósferas con peces de colores
y señoritas con su cuerpo a la vista.

Entonces él reconoce su ignorancia
de esos desusados hombres,
accede a que ella desafíe sus saberes,
no de Ovidio ni los dioses griegos,
menos sus conocimientos de geografía,
sino aquellos que resumen miserias
morales y dudosas legalidades.

Siendo así las cosas,
ella muestra su espinazo
entrado en eternidades
para danzar en el corredor
con un silencio que no se mueve
más allá de sus fronteras
en la palma del sueño.


Gerardo Guinea Diez

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