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jueves, 3 de mayo de 2012

Benjamin Prado "Termas Romanas"

Oyó caer el agua de las termas
Oyó caer su espada de magnesio,
Su moneda de sílice.
Oyó caer el agua sin principio ni fin,
Sin verdad ni mentiras.
Oyó caer el agua, con su primer sentido.
Miró correr el agua de las termas,
Miró correr sus peces de rubidio,
Su reptil de nitrato.
Miró correr esa agua que es la mitad visible
De un volcán invisible.
Miró correr el agua, con su segundo sentido.
Tocó el agua caliente de las termas,
Tocó su hombro de cesio,
Su espalda de fluoruro.
Tocó el agua y el agua puso un dios en su mano:
Un dios líquido que habla una lengua indescifrable.
Tocó el agua, con su tercer sentido.
Olió el agua sin cielo de las termas,
Olió su flor de litio,
Su mujer de potasio;
La olió mientras oía su batalla infinita
Entre ángeles de calcio alacranes de barro.
Olió el agua, con su cuarto sentido.
Bebió el agua embrujada de las termas,
Bebió el agua y se hizo un hombre de cloruro:
Tuvo huesos de sodio, piel de bicarbonato.
Bebió el agua y sintió que el tiempo detenía
Su corazón de arena.
Bebió el agua, con su quinto sentido.
Cuando se fue
Ya no era el que había llegado.
Cuando se fue
Ya era un hombre submarino.

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