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domingo, 17 de diciembre de 2017

Julio Cortazar "A una mujer"

Federico Zandomeneghi (1841-1917)

“… Digamos que te dije
nubes, tijeras, barriletes, lápices
y acaso alguna vez
te sonreíste.”


No hay que llorar porque las plantas crecen en tu balcón,
no hay que estar triste
si una vez más la rubia carrera de las nubes te reitera lo inmóvil,
ese permanecer en tanta fuga. Porque la nube estará ahí,
constante en su inconstancia cuando tú, cuando yo
─pero por qué nombrar el polvo y la ceniza.
Sí, nos equivocábamos creyendo que el paso por el día
era lo efímero, el agua que resbala por las hojas hasta hundirse
en la tierra.
Sólo dura la efímero, esa estúpida planta que ignora la tortuga,
esa blanda tortuga que tantea la eternidad con ojos huecos,
y el sonido sin música, la palabra sin canto, la cópula sin grito de agonía,
las torres del maíz, los ciegos montes.
Nosotros, maniatados a una conciencia que es el tiempo,
no nos movemos del terror y la delicia,
y sus verdugos delicadamente nos arrancan los párpados
para dejarnos ver sin tregua cómo crecen las plantas del balcón,
cómo corren las nubes al futuro.
¿Qué quiere decir esto? Nada, una taza de té.
No hay drama en el murmullo, y tú eres la silueta de papel
que las tijeras van salvando de lo informe: oh vanidad de creer
que se nace o se muere,
cuando lo único real es el hueco que queda en el papel,
el golem que nos sigue sollozando en sueños y en olvido.

Julio Cortázar

Del libro “Salvo el crepúsculo” – 1984


domingo, 10 de diciembre de 2017

Garcilaso de la Vega "Soneto V"




Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribisteis, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma mismo os quiero.
Cuando tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.

Garcilaso de la Vega   (recitado por el actor y académico Jose Luis Gomez)

domingo, 3 de diciembre de 2017

Pablo Neruda Soneto XCII

Ernst Ludwing Kirchner (1889-1938)






Amor mío, si muero y tú no mueres, 
no demos al dolor más territorio: 
amor mío, si mueres y no muero, 
no hay extensión como la que vivimos. 

Polvo en el trigo, arena en las arenas 
el tiempo, el agua errante, el viento vago 
nos llevó como grano navegante. 
Pudimos no encontrarnos en el tiempo. 

Esta pradera en que nos encontramos, 
Oh pequeño infinito! devolvemos. 
Pero este amor, amor, no ha terminado, 

y así como no tuvo nacimiento 
no tiene muerte, es como un largo
río, 
sólo cambia de tierras y de labios.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Jose Ángel Valente XIX "Para la longitud de las caricias..."

Anish Kapoor "Ojo de Piedra" (1998)

             
XIX

Para la longitud de las caricias,

de las lentas palabras que aún no pude

decir, para el descenso

moroso  a las riberas, cuerpo,

de ti, adonde

florece el despertar, anémona,

hoja extendida en el reverso

de su misma luz

cumplido

cómplice de tu noche, cuerpo,

señor oscuro

de tu tan cegadora claridad.


Jose Ángel Valente


domingo, 12 de noviembre de 2017

Federico Garcia Lorca "A Carmela, la Peruana"

Jonh Singer Sargent



Una luz de jacinto me ilumina la mano
al escribir tu nombre de tinta y cabellera
y en la neutra ceniza de mi verso quisiera
silbo de luz y arcilla de caliente verano.

Un Apolo de hueso borra el cauce inhumano
donde mi sangre teje juncos de primavera,
aire débil de alumbre y aguja de quimera
pone loco de espigas el silencio del grano.

En este duelo a muerte por la virgen poesía,
duelo de rosa y verso, de número y locura,
tu regalo semeja sol y vieja alegría.

¡Oh pequeña morena de delgada cintura!
¡Oh Perú de metal y de melancolía!
¡Oh España, o luna muerta sobre la piedra dura!

Federico Garcia Lorca


sábado, 4 de noviembre de 2017

Juan Luis Panero "Antes de que llegue la noche"

Konstantin Korovin (1861-1939)




Antes de que llegue la noche sobre el mar
y avente el viento de la tramontana
mis húmedas cenizas hacia la nada.
Antes que los gastados gestos se disuelvan,
igual que una sonrisa que se transforma en mueca
o los cansados espasmos de un amor extinguido.
Antes, todavía, como este sol sobre las islas,
terco punto de luz, color intenso,
que mis palabras dibujen mi fantasma,
salvado y perdido, en la pura intensidad de la vida.


Juan Luis Panero

miércoles, 25 de octubre de 2017

Federico García Lorca "Gacela primera del amor imprevisto"

Foto de Junichi Hakoyama




Nadie comprendía el perfume 
de la oscura magnolia de tu vientre. 
Nadie sabía que martirizabas 
un colibrí de amor entre los dientes. 

Mil caballitos persas se dormían 
en la plaza con luna de tu frente, 
mientras que yo enlazaba cuatro noches 
tu cintura, enemiga de la nieve. 

Entre yeso y jazmines, tu mirada 
era un pálido ramo de simientes. 
Yo busqué, para darte, por mi pecho 
las letras de marfil que dicen siempre. 

Siempre, siempre: jardín de mi agonía, 
tu cuerpo fugitivo para siempre, 
la sangre de tus venas en mi boca, 
tu boca ya sin luz para mi muerte.


Federico Garcia Lorca 

jueves, 12 de octubre de 2017

Juan Vicente Piqueras "Visperas de quedarse"

  
Giusppe de Nittis (1846-1884) "El kimono color naranja"

               


Todo está preparado: la maleta,
las camisas, los mapas, la fatua esperanza.

Me estoy quitando el polvo de los párpados.
Me he puesto en la solapa
la rosa de los vientos.

Todo está a punto: el mar, el aire, el atlas.

Sólo me falta el cuándo,
el adónde, un cuaderno de bitácora,
cartas de marear, vientos propicios,
valor y alguien que sepa
quererme como no me quiero yo.

El barco que no existe, la mirada,
los peligros, las manos del asombro,
el hilo umbilical del horizonte
que subraya estos versos suspensivos…

Todo está preparado: en serio, en vano.

sábado, 30 de septiembre de 2017

Mario Benedetti "Ese gran simulacro"




Cada vez que nos dan clases de amnesia
como si nunca hubieran existido
los combustibles ojos del alma
o los labios de la pena huérfana
cada vez que nos dan clases de amnesia
y nos conminan a borrar
la ebriedad del sufrimiento
me convenzo de que mi región
no es la farándula de otros

en mi región hay calvarios de ausencia
muñones de porvenir/arrabales de duelo
pero también candores de mosqueta
pianos que arrancan lágrimas
cadáveres que miran aún desde sus huertos
nostalgias inmóviles en un pozo de otoño
sentimientos insoportablemente actuales
que se niegan a morir allá en lo oscuro

el olvido está tan lleno de memoria
que a veces no caben las remembranzas
y hay que tirar rencores por la borda

en el fondo el olvido es un gran simulacro
nadie sabe ni puede/ aunque quiera/ olvidar
un gran simulacro repleto de fantasmas
esos romeros que peregrinaran por el olvido
como si fuese El Camino de Santiago

el día o la noche en que el olvido estalle
salte en pedazos o crepite/
los recuerdos atroces y los de maravilla
quebrará los barrotes de fuego
arrastrarán por fin la verdad por el mundo
y esa verdad será que no hay olvido.
Mario Benedetti


domingo, 17 de septiembre de 2017

Joan Margarit " Cosas en común"

Brassai (1899-1984) fotógrafo húngaro




Habernos conocido
un otoño en un tren que iba vacío;
La radiante, aunque cruel
promesa del deseo.
La cicatriz de la melancolía
y el viejo afecto con el que entendemos
los motivos del lobo.
La luna que acompaña al tren nocturno
Barcelona-París.
Un cuchillo de luz para los crímenes
que por amor debemos cometer.
Nuestra maldita e inocente suerte.
La voz del mar, que siempre te dirá
dónde estoy, porque es nuestro confidente.
Los poemas, que son cartas anónimas
escritas desde donde no imaginas
a la misma muchacha que un otoño
conocí en aquel tren que iba vacío.


Joan  Margarit

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Jorge Gaitan Duran "Envio"

Rene Groebli "Elogio del amor"



No he podido olvidarte. He conseguido
que este inútil desorden de mis días
solitarios, concluya en las porfías
de un corazón que da cada latido                                                                                      a tu memoria. En tu mundo abolido,
he luchado por ti contra las pías
obras de Dios. Cuanto ayer le exigías
será invención del hombre que ha nacido.


Tantas razones tuve para amarte
que en el rigor oscuro de perderte
quise que le sirviera todo el arte                                                                                       a tu solo esplendor y así envolverte
en fábulas y hallarte y recobrarte
en la larga paciencia de la muerte.




      Jorge Gaitan Duran

martes, 22 de agosto de 2017

León Felipe "Y ahora me voy "

Anders Petersen. Café Lehmitz


Y me voy sin haber recibido mi legado,
sin haber habitado mi casa,
sin haber cultivado mi huerto,
sin haber sentido el beso de la siembra y de la luz.
Me voy sin haber dado mi cosecha,
sin haber encendido mi lámpara,
sin haber repartido mi pan...
Me voy sin que me hayáis entregado mi hacienda...
Me voy sin haber aprendido más que a gritar y a maldecir,
a pisar bayas y flores....
Me voy sin haber visto el Amor,
con los labios amargos llenos de baba y de blasfemias,
y con los brazos rígidos y erguidos, y los puños cerrados,
pidiendo Justicia fuera del ataúd.

ME VOY PORQUE LA TIERRA YA NO ES MÍA
Porque mis pies están cansados,
mis ojos ciegos,
mi boca seca
y mi cuerpo dócil y ligero,
para entrar en el aire.
Me voy porque ya no hay caminos para mi en el suelo.
Salí del agua, he vivido en la sangre
y ahora me espera el Viento
para llevarme al sol....
Salí del mar....y acabaré en el fuego.

ME VOY PORQUE LA ESPIGA Y LA AURORA NO SON MÍAS
He andado perdido por el mundo pidiendo pan y luz.
¡Y el sol es pan y luz!
¡Miradle como sale del horno y asciende en el alba para todos,
con su doble corona de harina y de cristal!...
¡Oh, Dios antiguo y generoso, proscrito por el hombre!
Tu ahí siempre, puntual en la espiga y en la aurora
y yo aquí hambriento y ciego, con mi grito mendigo
perdido tantas veces en la historia....

ME VOY PORQUE LA LUZ TAMPOCO ES MIA
Hoy abrí la ventana que mira al mar y al viento
y me pareció que había abierto
la trampa que estaba aquí en el suelo
para los días de las conspiraciones y del miedo.
Si sigo aquí, ahora ya y siempre, tendré que decir:
Ahí abajo, ahí adentro...
en la cueva, en lugar de decir: Allá afuera, allá arriba....
en el viento.
Me voy. Las ventanas son trampas. Ya no veo la luz....
ya no la veo.

ME VOY PORQUE LA TIERRA Y EL PAN Y LA LUZ YA NO SON MÍOS.
Volveré mañana en el corcel del Viento.
Volveré. Y cuando vuelva, vosotros os estaréis yendo:
Vosotros, los alcabaleros de la muerte, los centuriones en acecho
bajo la gran ojiva de la puerta, los constructores de ataúdes
que al medir el cuerpo amarillo de los que se van,
con la cinta de metro y medio de los alfayates, decís siempre:
¡Como crecen los muertos!
¡Oh, sí! Los muertos crecen. El último traje que se hicieron,
al amortajarlos ya les viene pequeño. Crecen.
Y, apenas los entierran, rompen los tablones de pino y los catafalcos de acero;
crecen después en la tumba, fuera de la caja,
abren la tierra como semillas del centeno
y ya, bajo el sol y la lluvia, en el aire, sueltos y sin raíces,
siguen y siguen creciendo.

Yo me voy a crecer con los muertos.

Volveré mañana en el corcel del Viento.
Volveré ¡Y volveré crecido!
Entonces vosotros que os estaréis yendo no me conoceréis.
Mas cuando nos crucemos en el puente, yo os diré con la mano:
¡Adiós, alcabaleros,
centuriones,
sepultureros!...
A crecer, a crecer,
a la tierra otra vez....
al agua,
al sol,
al Viento....al Viento....
¡Otra vez al Viento! 
       

    León Felipe


domingo, 6 de agosto de 2017

Luis Cernuda "Adolescente fui.."

Sorolla "La siesta"

Adolescente fui en días idénticos a nubes,
cosa grácil, visible por penumbra y reflejo,
y extraño es, si ese recuerdo busco,
que tanto, tanto duela sobre el cuerpo de hoy.

Perder placer es triste
como la dulce lámpara sobre el lento nocturno;
aquel fui, aquel fui, aquel he sido...
era la ignorancia mi sombra.

Ni gozo ni pena; fui niño
prisionero entre muros cambiantes;
historias como cuerpos, cristales como cielos,
sueño luego, un sueño más alto que la vida.

Cuando la muerte quiera
una verdad quitar de entre mis manos,
las hallará vacías, como en la adolescencia,
ardientes de deseo, tendidas hacia el aire.

Luis Cernuda


lunes, 24 de julio de 2017

Sor Juana Ines de la Cruz "Este que ves, engaño colorido..."

Atentado en 1914 al cuadro de Velazquez "La venus del espejo"


Éste que ves, engaño colorido,
que, del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido;

éste, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,

es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:

es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.


Sor Juana Ines de la Cruz

domingo, 9 de julio de 2017

Benjamín Prado "Así estuve en tu vida"

Picasso "Mujer desnuda reclinada con gato" (1964)




Lo mismo que la luz crea la sombra.
Lo mismo que el carbón asegura las llamas.
Así estuve en tu vida.

Como el tiempo que surge de la arena.
Como el nácar que acaba en el puñal.
Así estuve en tu vida,
así entendí el sabor amargo de la rosa,
el imán del deseo,
la lava azul del frío.

Como un géiser.
Igual que un rompeolas.
Así estuve en tu vida,
vi el oro envenenarse en las monedas,
vi brillar el silencio en las campanas

cuando vino la noche;
cuando la noche trajo urnas y redes;
cuando sólo quedó sombra sin nácar
y carbón sin deseo;
cuando sólo quedó
puñal sin rosa y frío sin volcanes.

Siempre existe un andén donde empieza el olvido
Y un muro en que se inicia una ciudad.
Siempre existe la roca que emprende una avalancha
Y el cáliz oxidado donde acabó una era.

Así estuve en tu vida.


Benjamin Prado


miércoles, 28 de junio de 2017

Luis Cernuda "Elegia Española" (II)





A Vicente Aleixandre


Ya la distancia entre los dos abierta
Se lleva el sufrimiento, como nube
Rota en lluvia olvidada, y la alegría,
Hermosa claridad desvanecida;
Nada altera entre tú, mi tierra, y yo,
Pobre palabra tuya, el invisible
Fluir de los recuerdos, sustentando
Almas con la verdad de tu alma pura.
Sin luchar contra ti ya asisto inerte
A la discordia estéril que te cubre,
Al viento de locura que te arrastra.
Tan sólo Dios vela sobre nosotros,
Árbitro inmemorial del odio eterno.


Tus pueblos han ardido y tus campos
Infecundos dan cosecha de hambre;
Rasga tu aire el ala de la muerte;
Tronchados como flores caen tus hombres
Hechos para el amor y la tarea;
Y aquellos que en la sombra suscitaron
La guerra, resguardados en la sombra,
Disfrutan su victoria. Tú en silencio,
Tierra, pasión única mía, lloras
Tu soledad, tu pena y tu vergüenza.


Fiel aún, extasiado como el pájaro
Que en primavera hacia su nido antiguo
Llegaba a ti y en ti dejaba el vuelo,
Con la atracción remota de un encanto
Ineludible, rosa del destino,
Mi espíritu se aleja de estas nieblas,
Canta su queja por tu cielo vasto,
Mientras el cuerpo queda vacilante,
Perdido, lejos, entre sueño y vida,
y oye el susurro lento de las horas.
Si nunca más pudieran estos ojos
Enamorados reflejar tu imagen.
Si nunca más pudiera por tus bosques,
El alma en paz caída en tu regazo,
Soñar el mundo aquel que yo pensaba
Cuando la triste juventud lo quiso.
Tú nada más, fuerte torre en ruinas,
Puedes poblar mi soledad humana,
y esta ausencia de todo en ti se duerme.
Deja tu aire ir sobre mi frente,
Tu luz sobre mi pecho hasta la muerte,
Única gloria cierta que aún deseo.
Luis Cernuda




domingo, 18 de junio de 2017

Joan Margarit "Ella"

Vandogen (1906)
               



Llega el tiempo de no esperar a nadie.
Pasa el amor, fugaz y silencioso
como en la lejanía un tren nocturno.
No queda nadie. Es hora de volver
al desolado reino del absurdo,
a sentirse culpable, al vulgar miedo
de perder lo que estaba, ya, perdido.
Al inútil y sórdido tiempo moral.
Es hora ya de darse por vencido
en el trabajo a solas, otro invierno.
¿Cuántos quedan aún, y qué sentido
tiene esta vida donde te he buscado,
si ya llegó la hora tan temida
de comprobar que nunca has existido?


Joan Margarit

sábado, 10 de junio de 2017

Antonio Colinas "Homenaje a Tiziano"

Tiziano "Flora"




He visto arder tus oros en los otoños de Murano,
en la cera aromada de los cirios de invierno;
tu verde en madrugadas adriáticas
y en los ciruelos de los jardines de Navagero;
tu azul en ciertas túnicas y vidrios
y en los cielos enamorados
de nuestra adolescencia
que nunca más veremos;
los ocres en los muros cancerosos
mordidos por la sal, en las fachadas
de granjas y herrerías;
tu rojo en cada teja de Venecia, en los clavos
de las Crucifixiones
o en los labios con vino de los músicos;
un poco de violeta
en los ojos maduros de las jóvenes;
tus negros
en las enredaderas funestas
sobrecargadas de Muerte.


Antonio Colinas

sábado, 3 de junio de 2017

Luis de Congora "Mientras por competir con tu cabello..."

Frederick Carl Friese "El kimono rosa"




Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;

Mientras a cada labio, por cogello,
Siguen más ojos que al clavel temprano,
Y mientras triunfa con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello,

Goza cuello, cabello, labio y frente,
Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lilio, clavel, cristal luciente,

No sólo en plata o vïola troncada
Se vuelva, más tú y ello juntamente
En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.


          Luis de Gongora (1561-1627)

martes, 23 de mayo de 2017

Angel Gonzalez "También un nombre puede modificar un cuerpo"

Federico Zandomeneghi


Si te llamaras Elvira, 
tu vientre sería aún más terso y con más nácar. 
Pero tan sólo el nombre de Mercedes 
depositado por mis labios en tu cintura 
condensaría la forma de esa espuma indecisa 
que recorre tu espalda cuando duermes de bruces. 
Respóndeme cuando te diga: Olga, 
y verás que en tus pechos un rubor palidece. 

El nombre de María te volvería traslúcida. 
Guarda silencio si te llamara por un nombre 
que no pronuncio nunca, 
porque si entonces respondieses 
tus ojos - y los míos - se anegarían en llanto. 
Una prueba final; 
cuando sonríes 
te pienso Irene, 
y la sonrisa tuya es más que tu sonrisa: 
amanece sin sombras la alegría del mundo. 
¿Y si te llamo como tú te llamas...? 


Entonces 
descubriría una verdad: 
en el principio no era el verbo. 
El nácar y la espuma, 
la palidez rosada, 
la transparencia, el llanto, la alegría: 
todo estaba ya en ti. 
Los nombres que te invento no te crean. 
Sólo - a veces 
son como luz los nombres... - 
te iluminan. 

Ángel González

lunes, 15 de mayo de 2017

Luis García Montero "Fin de Año"

Federico Zandomeneghi (1841-1917) "Mujer apoyada en una silla"

 


Porque sé que a este amor le pertenecen 
los días que me faltan por vivir, 
la realidad con su mirada inhóspita, 
el deseo que nace de los sueños. 

Porque lo sé, porque ya casi todo 
pertenece a este amor, 
como las realidades que viví, 
como los sueños que me quedan...


Luis García Montero

domingo, 7 de mayo de 2017

Pablo Neruda "Poema LXXXII"

Isaac Grunewald (1888-1946)

Amor mío, el invierno regresa a sus cuarteles, 
establece la tierra sus dones amarillos 
y pasamos la mano sobre un país remoto, 
sobre la cabellera de la geografía. 

Irnos! Hoy! Adelante, ruedas, naves, campanas, 
aviones acerados por el diurno infinito 
hacia el olor nupcial del archipiélago, 
por longitudinales harinas de usufructo! 

Vamos, levántate, y endiadémate y sube 
y baja y corre y trina con el aire y conmigo 
vámonos a los trenes de Arabia o Tocopilla, 

sin más que trasmigrar hacia el polen lejano, 
a pueblos lancinantes de harapos y gardenias 
gobernados por pobres monarcas sin zapatos.


Pablo Neruda

domingo, 30 de abril de 2017

F. Garcia Lorca Gacela III "Del amor desesperado"




La noche no quiere venir 
para que tú no vengas 
ni yo pueda ir. 

Pero yo iré 
aunque un sol de alacranes me coma la sien. 
Pero tú vendrás 
con la lengua quemada por la lluvia de sal. 

El día no quiere venir 
para que tú no vengas 
ni yo pueda ir. 


F. García Lorca

domingo, 23 de abril de 2017

Angel Gonzalez "Ciudad Cero"

Detalle del "Guernika"

Una revolución.
Luego una guerra.
En aquellos dos años —que eran
la quinta parte de toda mi vida—,
yo había experimentado sensaciones distintas.
Imaginé más tarde
lo que es la lucha en calidad de hombre.
Pero como tal niño,
la guerra, para mí, era tan sólo:
suspensión de las clases escolares,
Isabelita en bragas en el sótano,
cementerios de coches, pisos
abandonados, hambre indefinible,
sangre descubierta
en la tierra o las losas de la calle,
un terror que duraba
lo que el frágil rumor de los cristales
después de la explosión,
y el casi incomprensible
dolor de los adultos,
sus lágrimas, su miedo,
su ira sofocada,
que, por algún resquicio,
entraban en mi alma
para desvanecerse luego, pronto,
ante uno de los muchos
prodigios cotidianos: el hallazgo
de una bala aún caliente
el incendio
de un edificio próximo,
los restos de un saqueo
-papeles y retratos
en medio de la calle…
Todo pasó,
todo es borroso ahora, todo
menos eso que apenas percibía
en aquel tiempo
y que, años más tarde,
resurgió en mi interior, ya para siempre:
este miedo difuso,
esta ira repentina,
estas imprevisibles
y verdaderas ganas de llorar.

Ángel González (Tratado de Urbanismo")


domingo, 16 de abril de 2017

Eugenio Molina "No, Robinson"

Turner




En tu isla Robinson verde recamado con la pelambre del desvarío
Los helechos descomunales
Las estrellas con el loro virgen y la cabra atravesada por el rayo
¡aquellas fiebres!
La cueva con la barrica tiránica bajo la lluvia en las sentinas inmensas
Contra la empalizada de la noche
El océano hasta la cintura
Y la sombra de tu mano sobre tu mirada desgarradora
Posada en la alcoba escarlata de tu infancia
Con los pilones hundidos del otro lado de la tierra

No cedas ahora viejo perro
No regreses con tu manzana hirviente arrastrando
Tus plumas de oscuro pájaro evadido
Y ese olor a raíces y setas en la luz del cuchillo
Confabulado con los secretos de la luna
tu calabaza de anfitrión abandonada a la saliva marina
tus visiones
tu hosco esplendor entre las valvas ciclánicas
las matemáticas del horizonte hasta el infinito
sin más guitarra que la fogata del naufragio encendida no importa dónde
entre los arrecifes y las lentas piedras del crepúsculo
que crujen de modo tan triste
bajo tantas aguas

Más abandonado que un dios
Más salvaje que un niño
Más resistente que las montañas contra ese cielo que disputa
Tus alimentos legendarios
¡ah Robinson sin auxilio ni terror ni remordimiento!
La huella de tu alma en la soledad hasta el portal de tu casa
En York mientras tu pisada de yodo ignora todas las reliquias
A la medianoche convertido en pesadilla
Tocado hasta la médula por la gracia del abismo
Vociferando contra tu padre inexistente entre los mástiles 
arrastrados por la resaca!

La ciudad fangosa bebe en el alba la leche muerta
De los corazones allá lejos bajo el oro de sus ropas
Pero no vuelvas la cabeza
Ahora que el carruaje de los esporos y los saurios pasa con tanta tibieza
Como una caricia
Sobre tu isla rechinante
En la pureza de tu exilio
¿y a qué tu grito
tu mano abierta en la que cae la lluvia?
¿a qué tu negra Biblia contra la Biblia de vello de tu pecho,
esa plegaria a nada
a todo,
¡Robinson sin propiedad y sin altar dueño del mundo! 



Eugenio Molina poeta argentino

sábado, 8 de abril de 2017

Luis Garcia Montero "Esa luna color de viejo saxofón"

Ramón Casas "Mujer descansando"




Esa luna color de viejo saxofón
me retendrá en París.
Esa luna color de vieja mariposa,
de alma vieja buscando sobre el viento
ojos para mirar el fin de siglo,
gatos que son las dudas de la noche.

Tiéndete junto a mí. Despierta en la memoria
esa inquietud que guardan los que acaban de amarse,
la imperceptible prisa de los labios
que buscaron un cuello donde apoyar su aliento.
Y déjame mirarte, frente a frente,
con estos mismos ojos orientales
que utiliza el amor para observamos.


Luis García Montero

viernes, 31 de marzo de 2017

Jose Hierro "En son de despedida"

Ramon Casas



No vine sólo por decirte 
(aunque también) que no volveré nunca, 
y que nunca podré olvidarte.
Emprendo la tarea
(imposible, si es que algo hay imposible)
de racionalizar, interpretar, reconstruir y desandar
aquellas fábulas y hechizos
que gracias a ti fueron realidad.
Recupero los pasos iniciados a la orilla del río
y que desembocaban en “Kiss Bar” (aunque no estoy
seguro
dónde estaba el principio y dónde el fin).
Estoy cansado, muy cansado. 
Don Antonio Machado dijo hace más de sesenta años
“Soy viejo porque tengo más de setenta años,
que es mucha edad para un español”. 
(Sin comentarios).
         He vivido días radiantes
gracias a ti. Entre mis dedos se escurrían 
cristalinas las horas, agua pura. Benditas sean.
Fue un tercer grado carcelario: 
regresas a la cárcel por la noche, 
por el día ―espejismo― te sientes libre, libre, libre. 
Nadie pudo, ni puede, ni podrá por los siglos de los siglos
arrebatarme tanta felicidad.
Yo no he venido ―te lo dije― 
para decirte adiós. Sé que no me echarás de menos, 
y eso que yo soñaba ser todo para ti 
como tú lo eres todo para mí.
¡Ay vanidad de vanidades y todo vanidad!
No te importuno más (ni siquiera sé si me escuchas). 
Bebo el último whisky en el “Kiss Bar”,
la última margarita en “Santa Fe”,
rodeo luego la ciudad y su muralla de agua
en la que ya no queda nada que fue mío.
Desisto de adentrarme en su recinto,
no tengo fuerzas para celebrar
la melancólica liturgia de la separación 
Sólo deseo ya dormir, dormir,
tal vez soñar...


(De Cuaderno de Nueva York, 1998)

José Hierro

jueves, 30 de marzo de 2017

Elegia a Ramón Sijé - Joan Manuel Serrat

martes, 3 de mayo de 2011

Miguel Hernandez "Elegia"

ELEGIA A RAMÓN SIJÉ .


(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha
muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien
tanto quería.)
.
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracoles
Y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
.
A las aladas almas de las rosas...
de almendro de nata te requiero,:
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
.
(1 0 de enero de 1936)

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