BOUDOIR
Ponte un collar sombrío y ese
broche
que brilla como un mar
enloquecido.
Que me hiele la nieve de tus
medias
cuando jueguen a hundir mi
compostura
debajo de las mesas y en los
cines.
Ponte la luz del alba en la mirada.
Que invadan tus perfumes esos bares
donde vamos de noche tus devotos
para brindar en falso por tu alma,
que ni el demonio quiere. Pero
ponte
una estrella dormida entre los
labios,
un trasmundo de niebla en tu
sortija.
Vístete con los trajes de la luna.
Y que ese extraviado corazón
-que tanto entregas- cumpla su
naufragio
en la copa hechizada que te
ofrezco
y que va con veneno, vida mía.
Felipe Benítez
Reyes
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