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miércoles, 18 de abril de 2012

"Pobre Alonso Quijano" de Milan Kundera


Pobre Alonso Quijano.

   Un pobre hidalgo de aldea, Alonso Quijano, ha decidido ser un caballero andante y se ha dado por nombre Don Quijote de la Mancha. ¿Cómo definir su identidad? Es el que no es.
Le roba a un barbero la bacía de cobre, que toma por un yelmo. Mas tarde, el barbero llega por casualidad  a la venta donde se encuentra don Quijote rodeado de gente; ve su bacía y quiere llevársela. Pero don Quijote lleno de Orgullo, se niega a tomar un yelmo por una bacía. De pronto un objeto aparentemente tan sencillo se convierte en pregunta. ¿cómo probar, por otra parte, que una bacía en la cabeza no es un yelmo? Los traviesos parroquianos, para divertirse, dan con la única manera objetiva de demostrar la verdad: el voto secreto. Todos los presentes participan, y el resultado es inequívoco: el objeto es reconocido como yelmo. ¡ Admirable broma oncológica ¡!
Don quijote esta enamorado de Dulcinea. Solo la ha visto furtivamente, o tal vez nunca. Está enamorado, pero, como dice él mismo, sólo “porque tan propio y natural es de los caballeros ser enamorados como el cielo tener estrellas. Infidelidades, traiciones, decepciones amorosas, cualquier literatura narrativa las conoce desde siempre. Pero en Cervantes lo que se cuestiona no son los amantes, sino el amor, la noción misma de amor. Porque ¿Qué es el amor si se ama a una mujer sin conocerla? ¿Una simple decisión de amar? O incluso ¿una imitación? El asunto nos concierne a todos: si, desde la infancia, los ejemplos de amor no nos incitaran a seguirlos, ¿Sabríamos qué quiere decir amar?
Un pobre hidalgo de aldea, Alonso Quijano, ha inaugurado para nosotros la historia del arte de la novela mediante tres preguntas sobre la existencia: ¿Qué es la identidad de un individuo? ¿Qué es la verdad? ¿Qué es el amor?
                                                                                  Milan Kundera (“El Telón)

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