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domingo, 29 de abril de 2012

Juan Gelman "Escribo en el olvido"



Escribo en el olvido
en cada fuego de la noche
cada rostro de ti.
Hay una piedra entonces
donde te acuesto mía,
ninguno la conoce,
he fundado pueblos en tu dulzura,
he sufrido esas cosas,
eres fuera de mí,
me perteneces extranjera.


Juan Gelman

sábado, 28 de abril de 2012

Caballero Bonald "Hoy no"

“HOY NO”


Comparto con la noche su premura
de tiempo, ese impaciente transito
circular de la sombra
que de otra sombra es víspera
o esa morosa voluntad de amarte
a partir de mañana, cuando
como a la luz te haya perdido
y solo quede un ultimo
plazo para esperarte
en la fugacidad del día siguiente.

                                             Caballero Bonald

jueves, 26 de abril de 2012

Pablo Neruda "El Insecto"

El Insecto”      de Pablo Neruda


De tus caderas a tus pies
quiero hacer un largo viaje.
Soy más pequeño que un insecto.
Voy por estas colinas,
son de color de avena,
tienen delgadas huellas
que sólo yo conozco,
centímetros quemados,
pálidas perspectivas.
Aquí hay una montaña.
No saldré nunca de ella.
¡Oh qué musgo gigante!
¡ Y un cráter, una rosa
de fuego humedecido!
Por las piernas desciendo
hilando una espiral
o durmiendo en el viaje
y llego a tus rodillas
de redonda dureza
como a las cimas duras
de un claro continente.
Hacia tus pies resbalo,
a las ocho aberturas,
de tus dedos agudos,
lentos, peninsulares,
y de ellos el vacío
de la sábana blanca
caigo, buscando ciego
y hambriento tu contorno
de vasija quemante!

Pablo Neruda "Oda a la bella desnuda"

ODA  A LA BELLA  DESNUDA



Con casto corazón, con ojos puros, te
celebro, belleza, reteniendo la sangre
para que surja y siga la línea   tú
contorno, para que te acuestes en mi oda
como en tierra de bosques o espuma;
en aroma terrestre o en música marina.
Bella desnuda, igual tus pies
arqueados por un antiguo golpe
del viento o del sonido
que tus orejas, caracolas mínimas
del esplendido mar americano.
Iguales son tus pechos de paralela
plenitud, colmados por la luz de
la vida, iguales son volando tus
parpados de trigo que descubren
o cierran dos países
profundos en tus ojos.

La línea que tu espalda ha dividido
en pálidas regiones se pierde y surge
en dos tersas mitades de manzana y sigue
esperando tu hermosura en dos columnas
de oro quemado, de alabastro fino,
a perderse en tus pies como dos uvas,
desde donde otra vez arde y se eleva
el árbol doble de tu simetría,
fuego florido, candelabro abierto,
turgente fruta erguida sobre
el pacto del mar y de la tierra.

Tu cuerpo, en que materia, ágata,
cuarzo, trigo, se plasmo, fue subiendo
como el pan se levanta de la temperatura,
y señalo colinas plateadas, valles de un
solo pétalo, dulzuras de profundo
terciopelo, hasta quedar cuajada
la fina y firme forma femenina?

No solo es la luz que cae sobre el mundo
la que alarga en tu cuerpo su nieve sofocada,
sino que se desprende de ti la claridad como
si fueras encendida por dentro.
Debajo de tu piel vive la luna.

miércoles, 25 de abril de 2012

Caballero Bonald "Prefiguraciones"

 
PREFIGURACIONES
 
Unas palabras son inútiles y otras
acabarán por serlo mientras
elijo para amarte más metódicamente
aquellas zonas de tu cuerpo aisladas
por algún obstinado depósito
de abulia, los recodos
quizá donde mejor se expande
ese rastro de tedio
que circula de pronto por tu vientre,
y allí pongo mi boca y hasta
la intempestiva cama acuden
las sombras venideras, se interponen
entre nosotros, dejan
un barrunto de fiebre y como un vaho
de exudación de sueño
y otras esponjas vespertinas,
y ya en lo ambiguo de la noche escucho
la predicción de la memoria: dentro
de ti me aferro igual
que recordándote, subsisto
como la espuma al borde de la espuma,
mientras se activa entre los cuerpos
la carcoma voraz de estar a solas.

Caballero Bonald "La Espera"


 
“Espera”. Caballero Bonald



Y tú me dices
que tienes los pechos vencidos de esperarme,
que te duelen los ojos de tenerlos vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.

Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre,
de golpear mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en besos
desde la ausencia en la que tú me gritas
que me estás esperando.

Y tú me lo dices que estás tan hecha
a este deshabitado ocio de mi carne
que apenas sí tu sombra se delata,
que apenas sí eres cierta
en esta oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío.



Jose Angel Valente "ALBADA"



Cuando feraz tu cuerpo se deshace
en líquidas sustancias,
cuando al amanecer en tu deriva encuentro
fragmentos de mí mismo naufragados
y a tientas vuelvo a entrar en tus entrañas,
en la oscura raíz del sueño siento
con qué puro poder puedes llamarme.

sábado, 21 de abril de 2012

Blanca Andreu "Sombra y rito de amor"


“Sombra y rito de amor”...


Sombra y rito de amor:
di tú ángel visible
cuya existencia se fragua en la insumisión
a la palabra y a su asilo
di tú ángel adelgazado por el silencio,
esbeltísimo en lo callado,
con el costado intacto antiguo en guerras
di tú la palabra que leo en el minuto que dura mi corazón.



"Báculo de Babel" 1982

                         Blanca Andreu

Juan Luis Panero "lectura en un cuarto de hotel"



LECTURA EN UN CUARTO DE HOTEL”

Spoon River Anthology,
de Edgar Lee Masters

Poco queda de aquel cuarto de hotel, de la nieve
pegada en los cristales,
de ti, y de mí haciendo el amor, de la sombra de tu
cuerpo en la cama,
del ruido de Nueva York, de aquellos días que la
memoria inventa.
Sin embargo, este libro, un paper back, ahora
ruinoso,
Aún nos recuerda, símbolo de otro tiempo.
Y es curioso pensar que esta cubierta sucia,
este papel manchado, estos poemas,
han sido más poderosos que nosotros,
más resistentes que tu piel y la mía.
Pero, esta noche de verano, tantos años después,
Sus páginas no me llevan a Spoon River y sus gentes,
-desolación, estupidez, fracaso,
sueños y mentiras, un rastro de ternura-
sino a nosotros, una noche de febrero,
riéndonos desnudos, con el libro en las manos,
sin saber que allí también –desolación, estupidez,
fracaso,-
estaba escrito nuestro terco destino.

                         

miércoles, 18 de abril de 2012

Jose Angel Valente "Latitud"

                     Latitud”                   


No quiero más que estar sobre tu cuerpo
como lagarto al sol los días de tristeza.
                                                                                                       
Se disuelve en el aire el llanto roto,
al pie de las estatuas
recupera la hiedra
y tu mano me busca
por la piel de tu vientre
donde duermo extendido.
                                                                                                                                    
El pensamiento melancólico
se tiende, cuerpo, a tus orillas,
bajo el temblor del párpado, el delgado
fluir de las arterias,
la duración nocturna del latido,
la luminosa latitud del vientre,
a tu costado, cuerpo, a tus orillas,
como animal que vuelve a sus orígenes.

"Pobre Alonso Quijano" de Milan Kundera


Pobre Alonso Quijano.

   Un pobre hidalgo de aldea, Alonso Quijano, ha decidido ser un caballero andante y se ha dado por nombre Don Quijote de la Mancha. ¿Cómo definir su identidad? Es el que no es.
Le roba a un barbero la bacía de cobre, que toma por un yelmo. Mas tarde, el barbero llega por casualidad  a la venta donde se encuentra don Quijote rodeado de gente; ve su bacía y quiere llevársela. Pero don Quijote lleno de Orgullo, se niega a tomar un yelmo por una bacía. De pronto un objeto aparentemente tan sencillo se convierte en pregunta. ¿cómo probar, por otra parte, que una bacía en la cabeza no es un yelmo? Los traviesos parroquianos, para divertirse, dan con la única manera objetiva de demostrar la verdad: el voto secreto. Todos los presentes participan, y el resultado es inequívoco: el objeto es reconocido como yelmo. ¡ Admirable broma oncológica ¡!
Don quijote esta enamorado de Dulcinea. Solo la ha visto furtivamente, o tal vez nunca. Está enamorado, pero, como dice él mismo, sólo “porque tan propio y natural es de los caballeros ser enamorados como el cielo tener estrellas. Infidelidades, traiciones, decepciones amorosas, cualquier literatura narrativa las conoce desde siempre. Pero en Cervantes lo que se cuestiona no son los amantes, sino el amor, la noción misma de amor. Porque ¿Qué es el amor si se ama a una mujer sin conocerla? ¿Una simple decisión de amar? O incluso ¿una imitación? El asunto nos concierne a todos: si, desde la infancia, los ejemplos de amor no nos incitaran a seguirlos, ¿Sabríamos qué quiere decir amar?
Un pobre hidalgo de aldea, Alonso Quijano, ha inaugurado para nosotros la historia del arte de la novela mediante tres preguntas sobre la existencia: ¿Qué es la identidad de un individuo? ¿Qué es la verdad? ¿Qué es el amor?
                                                                                  Milan Kundera (“El Telón)

martes, 17 de abril de 2012

Carlos Fuentes "En esto creo"

La moderna incertidumbre de Don Quijote no excluye, sin embargo, la persistencia de valores que la modernidad debe preservar o prolongar para no dispersarse moralmente. Uno es el amor y, en este punto, Don Quijote no se engaña. Idealiza a Dulcinea pero, en un sorprendente pasaje , admite que Dulcinea es Aldonza la garrida labriega. Pero ¿No es esta la cualidad del amor, capaz de transformar a la amada en algo incomparable, situado por encima de toda consideración de riqueza o pobreza, vulgaridad o nobleza? “Y así –dice D. Quijote-, bástame a mí pensar y creer que la buena de Aldonza Lorenzo es hermosa y honesta, y en lo del linaje, importa poco…Píntola en mi imaginación como la deseo…Y diga cada uno lo que quisiere.”
   El otro es el honor, la integridad personal, y en este punto, la llegada de D. Quijote al castillo de los Duques es el episodio más revelador. Hasta ese momento, el Caballero de la Triste Figura creía que las posadas eran castillos y las camareras princesas. Ahora, cuando los Duques le ofrecen un castillo de verdad y princesas autenticas (más una insula para que la gobierne Sancho), la ilusión quijotesca se desploma. La realidad le roba su imaginación. El amor se vuelve cruel: las farsas de Clavileño y de la Dueña Adolorida. Cuando los sueños de Quijote se vuelven realidad, Quijote ya no puede imaginar.
   Regresa a su aldea. Pierde su locura sólo para morir……
                                                                      Carlos  Fuentes (“En esto creo”)

lunes, 16 de abril de 2012

Sancho Panza . Fernando Savater


- A mi entender, el sentido nuclear de la gran novela cervantina se encierra en unas pocas palabras que sancho Panza pronuncia afligido al final de la misma, junto al lecho en que agoniza quien ha sido durante tan largo trecho y con tan adversa fortuna señor de su albedrío.: “No se muera vuesa merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva muchos años; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni mas, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben sino las de la melancolía”. Tal es la cifra y el mensaje del libro todo: el momento en que Sancho por fin ha comprendido la misión aparentemente absurda del caballero andante, revelación que le llega precisamente cuando don Quijote la abandona y se resigna a morir. Comprende Sancho que todo el empeño quijotesco ha consistido en una prolongada batalla contra la necesidad mortal que agobia al hombre: un no dejarse morir, un resistirse a la parálisis de lo rutinario, lo realista, lo poco a poco aniquilador. Era tanta aventura quijotesca un capricho indomable; pura demencia, si es que admitimos que la cordura estriba en reconocer y acatar la necesidad, pero una demencia salvadora de nuestra humanidad, de nuestra categoría de seres activos, simbólicos y portadores –al menos ante nuestros ojos- de significado. Don Quijote es el santo patrono y el mártir de la intención humana de propósitos para la vida.
Si no somos insignificantes, si lo que nos caracteriza es la libertad y lo que nos condena es la necesidad, la verdadera locura consiste en dejar de cabalgar y echarse a morir…..
……El proyecto ético no fracasa cuando no puede vencer el mal –como quieren los indigestos rentabilizadotes de la virtud- dado que siempre habrá viejos y nuevos males a que enfrentarse…a Dios gracias. El verdadero, el único fracaso de la ética es no poder vencer a la pereza paralizadora…y nuestro hidalgo es cualquier cosa menos perezoso. Don Quijote no muere de quijotismo sino de renunciar finalmente a serlo y volver al “alonsoquijanismo” melancólico. Y de esa forma el estrafalario caballero que fue y que la nostalgia de Sancho Panza reclama se convierte en parangón del esfuerzo humano, no en su ridiculización ni en su denuncia. Cervantes no escribe su novela para burlarse de D. Quijote sino para burlarse de los que se burlan de él…./…
La respuesta humorística que comprende mejor la condición quijotesca debería ser más tenue en su manifestación y más honda en su alcance. De igual modo, cuando en la playa un niño pequeño nos comunica que está levantando una muralla de arena para contener el mar y después comprueba desolado la ruina de su edificación, nosotros no lanzamos una carcajada ni mucho menos nos echamos a llorar: sabemos que está padeciendo la destrucción de Jerusalén pero también reinventando  las avenidas radiantes de Paris o los fieros rascacielos de Nueva York. Ante su empeño glorioso, ante no menos glorioso fracaso, sonreímos. Ese niño es todavía Don Quijote y nosotros somos ya Sancho Panza al final de la novela: comprendemos su desconcierto y su pasajero desanimo pero queremos con todas nuestras fuerzas que prosiga. Por eso sonreímos……..
                                                                                   Fernando Savater “La vida Eterna”

Eduardo Galeano


Don Quijote de las paradojas

Nació en prisión esta aventura de la libertad. En la cárcel de Sevilla, "donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace habitación", fue engendrado Don Quijote de La Mancha. El papá estaba preso por deudas.
Exactamente tres siglos antes, Marco Polo había dictado su libro de viajes en la cárcel de Génova, y sus compañeros de prisión habían escuchado, y escuchándolo habían viajado.
Cervantes se propuso escribir una parodia de las novelas de caballería. Ya nadie, o casi nadie, las leía. Estaban pasadas de moda. La tomadura de pelo fue un esfuerzo digno de mejor causa. Y sin embargo, esa inútil aventura literaria resultó mucho más que su proyecto original, viajó más lejos y más alto y se convirtió en la novela más popular de todos los tiempos y de todas las lenguas.
Merece gratitud eterna el caballero de la triste figura. A don Quijote los libros de caballería le habían quemado la cabeza, pero él, que se perdió por leer, salva a quienes lo leemos. Nos salva de la solemnidad y del aburrimiento.
Famosos estereotipos: don Quijote y Sancho Panza, el caballero y su escudero, la locura y la cordura, el soñador hidalgo con la cabeza en las nubes y el labriego rústico de pata en tierra.
Es verdad que don Quijote se vuelve loco de remate cada vez que monta a Rocinante, pero cuando desmonta suele decir frases que vienen del más puro sentido común, y en ocasiones pareciera que se hace el loco sólo por cumplir con el autor o el lector. Y Sancho Panza, el ramplón, el bruto, sabe ejercer con ejemplar sutileza su gobierno de la ínsula de Barataria.
Tan frágil que parecía y fue el más duradero. Cada día cabalga con más ganas, y no sólo por la manchega llanura. Tentado por los caminos del mundo, el personaje se escapa del autor y en sus lectores se transfigura. Y entonces hace lo que no hizo, y dice lo que no dijo.
Don Quijote jamás pronunció la más famosa de sus frases. "Ladran, Sancho, señal que cabalgamos" no figura en la obra de Cervantes. ¿Qué anónimo lector habrá sido el autor?
Metido en su armadura de latón, montado en su rocín hambriento, don Quijote parece destinado a la derrota y al ridículo.
Este delirante se cree personaje de novela de caballería y cree que las novelas de caballería son libros de historia. Sin embargo, no siempre cae despatarrado en sus lances imposibles, y a veces hasta aplica honrosas tundas a los enemigos que enfrenta o inventa. Y ridículo es, qué duda cabe, pero entrañablemente ridículo. Cree el niño que una escoba es un caballo, mientras el juego dura, y mientras dura la lectura los lectores acompañamos y compartimos los andares estrafalarios de don Quijote.
Reímos de él, sí, pero mucho más reímos con él.
"No te tomes en serio nada que no te haga reír", me aconsejó alguna vez un amigo brasileño. Y el lenguaje popular se toma en serio los delirios de don Quijote y expresa la dimensión heroica que la gente ha otorgado a este antihéroe. Hasta el Diccionario de la Real Academia Española lo reconoce así. Quijotada es, según el diccionario, "la acción propia de un quijote" y quijote es aquel que "antepone sus ideales a su conveniencia y obra desinteresada y comprometidamente en defensa de causas que considera justas, sin conseguirlo".
Dos veces pidió Cervantes empleo en América, y dos veces fue rechazado. Algunas versiones dicen que era dudosa su limpieza de sangre. Los estatutos prohibían viajar a las colonias americanas a quien llevara en sus venas glóbulos judíos, musulmanes o heréticos, que se trasmitían a lo largo de no menos de siete generaciones. Quizá la sospecha de algún abuelo o bisabuelo que fuera judío converso explica la respuesta oficial a las solicitudes de Cervantes: "Busque por acá en qué se le haga merced".
El no pudo venir a América. Pero su hijo, don Quijote, sí. Y en América le fue de lo más bien.
En 1965, el Che Guevara escribió la última carta a sus padres.
Para decirles adiós, no citó a Marx. Escribió: "Otra vez siento bajo mis talones el costillar de Rocinante. Vuelvo al camino con mi adarga al brazo".
En sus malandanzas, evocaba don Quijote la edad dorada, cuando todo era común y no había tuyo ni mío. Después, decía, habían empezado los abusos, y por eso había sido necesario que salieran al camino los caballeros andantes, para defender a las doncellas, amparar a las viudas y socorrer a los huérfanos y a los menesterosos.
El poeta León Felipe creía que los ojos y la conciencia de don Quijote "ven y organizan el mundo no es como es, sino como debiera ser. Cuando don Quijote toma al ventero ladrón por un caballero cortés y hospitalario, a las prostitutas descaradas por doncellas hermosísimas, la venta por un albergue decoroso, el pan negro por pan candeal y el silbo del capador por una música acogedora, dice que en el mundo no debe haber ni hombres ladrones ni amor mercenario ni comida escasa ni albergue oscuro ni música horrible".
 Unos años antes de que Cervantes inventara a su febril justiciero, Tomás Moro había contado la utopía. En el libro de Tomás Moro, Utopía, u-topía, significaba no-lugar. Pero quizás ese reino de la fantasía encuentra lugar en los ojos que lo adivinan, y en ellos encarna. Bien decía George Bernard Shaw que hay quienes observan la realidad tal cual es y se preguntan por qué, y hay quienes imaginan la realidad como jamás ha sido y se preguntan por qué no.
Está visto, y los ciegos lo ven, que cada persona contiene otras personas posibles, y cada mundo contiene su contramundo. Esa promesa escondida, el mundo que necesitamos, no es menos real que el mundo que conocemos y padecemos.
Bien lo saben, bien lo viven, los aporreados que todavía cometen la locura de volver al camino, una vez y otra y otra, porque siguen creyendo que el camino es un desafío que espera, y porque siguen creyendo que desfacer agravios y enderezar entuertos es un disparate que vale la pena.
Ayuda lo imposible a que lo posible se abra paso. Por decirlo en términos de la farmacia de don Quijote: tan mágico es este bálsamo de Fierabrás, que a veces nos salva de la maldición del fatalismo y de la peste de la desesperanza.
¿No es ésta, al fin y al cabo, la gran paradoja del viaje humano en el mundo? Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían.
                                                                                Eduardo Galeano

viernes, 13 de abril de 2012

Dario Jaramillo "Con tu muerte"

           Con tu muerte 


Con tu muerte pierdo un pedazo del amor que hay por mí
sobre esta tierra.
Con tu muerte se me ha muerto esa ciudad
que conocí contigo
y donde no volveré:
sería pisar sobre  cenizas,
caminar sobre los escombros de una vida.
                                                                                 DARIO  JARAMILLO

jueves, 12 de abril de 2012

Pablo Garcia Baena "Elegia"


 
   
                      

Juan Muñoz "Piezas de Conversacion" (1995)




 “ELEGIA”

Me envuelvo en tu recuerdo
como en nieblas secretas que me apartan del mundo.
En la calle sonrío al amigo que pasa,
y nadie,
nunca nadie
adivinó mi muerte bajo aquella sonrisa
ni el frío sin consuelo de mis ojos que ciegan
pidiendo de los tuyos más desdén,
más veneno.
Ahora que la tarde se derrumba en las sombras,
y que el libro de versos resbala por mis manos,
ahora que la lluvia llora por los cristales
de mi ventana,
y llanto va a caer de mis ojos,
antes de que una mano encienda la dorada
llama de mi quinqué,
dime si tú no sueñas en tu balcón, ahora
que la lluvia nos une a los dos con sus lágrimas,
o si sobre el teclado de tu piano oscuro
agoniza Chopin
bajo tus manos trémulas.
Nunca sabrás el loco deseo que me tortura
de cautivar tus labios bajo mi boca ávida,
y sentir el latido de tu sien en mi mano
aprisionada como un pájaro aterido.
Pero no sabrás nunca nada de mi deseo.
Nada de cuando pienso desgarrar con mis dientes
los azules canales de tus venas
y juntos
morirnos desangrados, confundidas las sangres.
Pero estamos ajenos.
Yo sigo en mi ventana,
y tú soñando en otro mientras Chopin suspira,
ahora que aún no arde en mi quinqué la luz
y que a los dos nos une la lluvia con sus lágrimas.


                                                  Garcia Baena