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jueves, 24 de noviembre de 2011

Jose Carlos Llop "Palimpestro"

PALIMPESTRO
Hay un amor para el placer y la aventura
y un amor avergonzado como el regreso a casa
y luego esta el amor que sobrevive
a las decepciones del tiempo
y se mantiene en la deriva de los océanos
las constelaciones, los cuerpos y las islas
Sin futuro, que es pasado, ni mañana que es ayer.

Jose Carlos Llop

Pere Gimferrer " Tutto Tremante"

TUTTO  TREMANTE

Al besar este vientre, en la noche de acero,
Los parpados del aire son un puño de luz
y yo me he maquillado con tu quilla,
con la hornada de oro de tu vientre,
y he vuelto mis ojos a la tez del arándano,
mis labios al oscuro sacramento,
mi beso al beso de la claridad,
mi beso al beso de tu oscuridad,
y es este sacramento de la piel silenciosa,
es la dulzura del marinear,
es este respirar la mejilla del sol en la tormenta,
es este revivir al desplomarme,
la explosión del cairel en primavera,
el agua vuelta el ojo cerrado de un tambor,
la mirada en tu vientre que ve desmirarme,
es la fecundidad de la mirada,
es la onda de aire
es la horda del aire,
es la onda de jaspe,
es la hoguera parada,
es el jardín que pende de la luz,
es el jardín colgante de tu noche,
es la luna en las calles, el sol de Babilonia,
el adobe que quema mis labios,
la invasión del océano en mis venas,
es el mar inyectado en ramales,
esta luz de fanales,
la corriente marina que pronuncia tu nombre de Semíramis,
la corriente marina que pronuncia tu nombre en mi boca,
la roca,
tan suave en sí como el plumón del ave,
la nave,
el derrotero en luz de tu aguanieve,
la combustión que en ti mi labio bebe,
en esta azora de ojos azogados,
la perla hundida de tu ombligo en llamas,
perla hundida que no dejará de quemarme y no me quemará nunca del todo,
este ojo al que imploro,
este oro,
este proel de luna detenida,
las alzas de la nieve trascendida,
esta pagina blanca de tu piel en mis labios,
el estuche que encierra los naranjos del día,
solidificación del país de los astros,
es este enjalbegarse en tu tibieza astral,
por ti vestido de hormas de la noche,
por ti vertido al vientre de los cielos,
despojado de ser algo más que mis labios en tu vientre,
campanear del céfiro de abril,
cuando la luna olvida subterráneos,
los aires momentáneos,
el capricho del viento de abril en tu sonrisa,
es este estar borrado y en tu blasón barrado,
es esta puntería del besar,
lo que dicen las sílabas del mar,
es este pilotar las acerías,
la acería del cielo que me encera de luna,
este vientre, esta duna,
es esta profusión de medialuna,
como cuando una voz, entre poleas rotas,
nos dice quienes somos, o como cuando, a solas en la caja del viento,
abandona mis labios la noche en su resaca
y abandono mis labios en ti, como el manojo
que la noche en tu piel ha derramado
para que seas agua de azahar,
y te vuelvo en un rayo a besar,
y es como si la noche cosiera los espacios
en el cielo de luz de pergamino
para que, del brocal de tu vientre,
yo bebiera los aires desmochados,
y los lirios de nubes ante el sol
y fuera sólo nube y aire sólo,
y este sol de tu ombligo en tu vientre y mis labios,
y este sol que en la noche me ha sorbido,
el ramillete de lo que fui,
el beso a solas en la luz callada.
                                                       (19-IV-07)

Vicente Aleixandre "A ti viva"


 
A ti viva

                                    Es tocar el cielo, poner el dedo
                                    sobre un cuerpo humano.
                                                                                   Novalis


Cuando contemplo tu cuerpo extendido
como un río que nunca acaba de pasar,
como un claro espejo donde cantan las aves,
donde es un gozo sentir el día cómo amanece.

cuando miro a tus ojos, profunda muerte o vida
                                                  que me llama,
canción de un fondo que sólo sospecho;
cuando veo tu forma, tu frente serena,
piedra luciente en que mis besos destellan,
como esas rocas que reflejan un sol que nunca se hunde.

Cuando acerco mis labios a esa música incierta,
a ese rumor de los siempre juvenil,
del ardor de la tierra que canta entre lo verde,
cuerpo que húmedo siempre resbalaría
como un amor feliz que escapa y vuelve...

Siento el mundo rodar bajo mis pies,
rodar ligero con siempre capacidad de estrella,
con esa alegre generosidad del lucero
que ni siquiera pide un mar en que doblarse.

Todo es sorpresa. El mundo destellando
siente que un mar de pronto está desnudo, trémulo,
que es ese pecho enfebrecido y ávido
que sólo pide el brillo de Id luz.

La creación riela. La dicha sosegada
transcurre como un placer que nunca llega al colmo,
como esa rápida ascensión del amor
donde el viento se ciñe a las frentes más ciegas.

Mirar tu cuerpo sin más luz que la tuya,
que esa cercana música que concierta a las aves,
a las aguas, al bosque, a ese ligado latido
de este mundo absoluto que siento ahora en los labios.